¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?

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A finales del año pasado, China comunicó que un gran número de personas en la ciudad de Wuhan estaban enfermas de neumonía… Solo unos meses después, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el mundo se enfrentaba a una pandemia global provocada por un virus: COVID-19 o coronavirus.

Por su alto nivel de contagio y tasa de mortalidad (del 3 al 8 por ciento), las medidas sanitarias aplicadas por los países han ido escalando: desde las más simples, como lavarse más seguido y mejor las manos, mantener el distanciamiento social (evitar estrecharse las manos, darse besos y abrazos), toser y estornudar cubriéndose con el codo; hasta algunas ya mucho más robustas, como la cancelación de eventos masivos, el cese de actividades no esenciales (lo que ha implicado el paro de empresas de todos los tamaños) y que las personas se mantengan en casa lo más posible.

Una crisis que no termina con el fin del encierro

México registró la primera muerte por coronavirus el 18 de marzo, y a partir del 16 de abril, el gobierno suspendió todas las actividades no esenciales -lo cual está previsto que termine el 30 de mayo- y comenzó a solicitar con más ahínco a la población que se quedara en casa. Esto ha afectado a los mexicanos no sólo en el aspecto social, sino también en el económico.

Según el informe “La crisis del COVID-19” de Ernst & Young (EY), las estrategias de contención sanitaria (confinamiento) están generando “que las empresas a nivel mundial estén sufriendo de falta de ingresos debido a un menor índice de consumo, y a su vez de falta de liquidez. Dependiendo de la industria, el tiempo máximo estimado que una empresa puede operar sin liquidez ronda entre uno y tres meses”.

Así pues, ante el cese de actividades, muchos negocios están en alto riesgo de morir, y aunque lograran sobrevivir, el tiempo de recuperación de la crisis económica sería amplio: “[…] si la crisis llegara a durar 3 meses, la recuperación tardaría 9 meses adicionales a la duración de la crisis”, menciona el informe. 

Asimismo, la duración y severidad de la crisis en cada uno de los países y regiones económicas dependerá del tiempo de implementación de las medidas de contención y de su estructura económica; es decir, “de qué sectores económicos dependa, de la fortaleza del sistema sanitario, de la estructura social, y de qué tan bien se pueda mantener el ciclo económico del país con las fronteras cerradas o prácticamente cerradas”.

Los trabajadores también están en apuros

Obviamente, si los negocios están en problemas, sus colaboradores también: algunos ya están desempleados y con una muy baja probabilidad de encontrar un trabajo en este momento; mientras que otros, en el mejor caso, continúan con su empleo, realizando home office, pero con recortes a su salario (una estrategia que muchas empresas han implementado). Sobre esto, EY informa que solamente en marzo, las tasas de desempleo en el mundo crecieron en 7% . 

En México, la situación tampoco es muy afortunada: aunque de la fuerza laboral mexicana sólo el 2.94% estaba desempleada, aquellos que laboraron en condiciones inadecuadas desde el punto de vista del tiempo, los ingresos o una combinación de ambos sumaron 23.23%, la tasa más alta registrada desde 2005 (datos de marzo, INEGI).

Cada quien ve el vaso como quiere

Desempleo, reducción en salarios y un confinamiento obligatorio: el panorama, a primera vista, no luce nada prometedor. Algunos ven en las crisis sólo problemas, mientras que otros ven oportunidades; como dice el dicho popular: todo depende de cómo veas el vaso, medio lleno o medio vacío.

Y es que aunque muchos sectores económicos están sufriendo, hay varios que están teniendo una mejor dinámica: por ejemplo, según lo que informa EY, el retail de alimentos, farmacéutica y salud, tecnología y electrónica, así como telecomunicaciones son industrias que no han parado de crecer; y esto se debe a que la demanda de sus productos (alimentos y bebidas, medicamentos, productos de salud e higiene personal, entre otros) ha aumentado a partir de la pandemia.

Oportunidades de negocio en la crisis sanitaria

El sector alimentario es uno de los que no se ha detenido y dentro de él, existe una empresa que ofrece a las personas no sólo salud, sino también la oportunidad de hacer empresa: Lebasi.

Su modelo de negocio permite que cualquier persona se adhiera a su red de distribución y se autoemplee en la comercialización de su único producto: el lactoserum suizo Lebasi, que puede convertirse en el mejor aliado durante esta contingencia, puesto que es un alimento cuyos 41 nutrientes fortalecen las defensas del cuerpo.

Las fortalezas de crear empresa con Lebasi apenas inician con su producto, el cual es un alimento que ofrece mejorar la salud, algo que en estos momentos muchas personas están buscando y necesitando (gente con determinadas enfermedades que requiere de una fuente rica de nutrientes). De hecho, la demanda de la empresa por este alimento se ha incrementado con la contingencia.

Pero las ventajas no terminan ahí. La empresa Lebasi ofrece a sus distribuidores tres formas distintas de hacer negocio:

  • La primera es mediante la venta directa de los botes del lactoserum suizo, de la cual obtienen una ganancia directa por cada lata vendida;
  • la segunda es por medio del ingreso de más personas dedicadas a la venta de este alimento, lo cual hace que se vaya conformando una red de distribución propia y los ingresos se multipliquen, puesto que entre más distribuidores inscribas más crece lo que ganas;
  • y por último, están los bonos por liderazgo que ofrece la organización, la cual reconoce que es importante recompensar los esfuerzos de los distribuidores más decididos.

Quienes deciden entrar a la red de distribución cuentan con el total apoyo de la empresa. Por ejemplo, si ya se decidió iniciar el negocio pero no se cuenta con la inversión inicial (aproximadamente 5,000 pesos por 24 botes de lactoserum suizo), Lebasi brinda la oportunidad de que el interesado sea patrocinado por algún otro distribuidor, el cual ya lleve más tiempo en el negocio y esté dispuesto a apoyar. Por su parte, quienes ya están dentro de la red, pueden disponer de los expertos con los que cuenta la empresa para que los asesoren en temas de ventas, atención al cliente, nutrición, entre otros.

“Lebasi tiene la facilidad de que vende un sólo producto, que es apto para todas las personas, que es accesible y que es fácil de vender. Al ser un alimento natural aprendes a recomendarlo muy rápido y fácil. En un solo producto tienes la posibilidad de vender de forma rápida, fácil y garantizada. […] Otra ventaja es la calidad suiza, es un producto que traemos desde Suiza, por lo que está garantizado por los estándares de calidad suizos […] Otra ventaja nuestro plan de compensación es muy sencillo, muy fácil de entender, tú de manera rápida sabes cuánto vendiste, cuánto ganaste, cuánto vendió la red […] Otra ventaja es que no tiene limitación, puede hacer negocio en cualquier parte de la República y puedes capacitar de forma muy rápida a quienes inscribas al negocio” , explica José Alberto Ayhllon, director de operaciones internacionales de Lebasi.

¿Y tú ves oportunidades durante la crisis?

Para más información, visita www.lebasi.com.mx

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