Por Mónica Franco Díaz, nutrióloga
El músculo es capaz de responder al aumento de la demanda incrementando su masa, lo cual le permite lograr una mayor fuerza y resistencia. Este proceso origina lo que se conoce como hipertrofia muscular, que no es más que el aumento del tamaño del músculo debido al entrenamiento y que en su máxima expresión puede verse en los fisicoculturistas.
Para conseguir un aumento de masa muscular de manera limpia (sin suplementos) y sin acumular mucha grasa corporal (sobre todo para los que
tienen cuerpo endomorfo), es importante la implementación de una dieta para ganar masa muscular de forma sana, la cual te hará subir de peso de manera lenta pero constante.
En otras palabras, tendrás que ser paciente. Como ya te debes de haber dado cuenta, un cuerpo en forma no se obtiene de la noche a la mañana, por lo que debes mantenerte firme y alegrarte por las pequeñas mejoras del día a día.
Si el incremento calórico se hace de manera brusca y no progresiva, lo único que conseguiremos al inicio es almacenar mucha grasa corporal (salvo que tengas un metabolismo que funcione como un cañón y quemes muy rápido las calorías que consumes). Por eso, te recomiendo que antes de iniciar con cualquier dieta que aumente tu peso, conozcas tu Índice de Masa Corporal.
Durante este proceso, la distribución de los macronutrientes en tu dieta será un punto clave: el consumo de proteínas es la base de la formación de las miofibras (fibras musculares), pero los carbohidratos y grasas también cumplen su función en el desarrollo de la hipertrofia; así que la correcta proporción de estos 3 macronutrientes es una de las claves que te llevarán al éxito del aumento de tu masa muscular.
¿Qué sucede si no se logra ese equilibrio entre grasas, carbohidratos y proteínas?
El músculo, por ejemplo, es una de las reservas proteicas corporales, por lo que si la ingesta de proteínas es baja o la demanda es alta (como la que se da en una infección), se degradará músculo para obtener proteínas.
Otro ejemplo clásico es intentar subir factores de crecimiento musculares como la insulina mediante un aumento en el consumo de carbohidratos. Aunque puede ser una conducta adecuada, se corre el riesgo de fomentar una acumulación de grasa excesiva.
Por último, si no consumes grasas de calidad, el cuerpo no tendrá materia prima para fabricar hormonas esteroidales como la testosterona.
¿Lebasi ayuda a la masa muscular?
Sí. Algunos de los beneficios que aporta este alimento 100% natural, que puede ser consumido por toda la familia son:
- Incremento de la masa muscular: Con el consumo de los aminoácidos ramificados contenidos en Lebasi se persigue aumentar la masa muscular, acelerar la recuperación del músculo y prevenir la fatiga.
- Control de peso y nutrición: El lactoserum suizo es un gran aliado en el proceso de disminución de peso, ya que no contiene grasa y sólo 28.3 kcal por cucharada, pero sí proporciona más de 40 nutrientes que el cuerpo necesita diariamente. Asimismo, ayuda a controlar el peso, puesto que brinda mayor saciedad. Por medio de este alimento, las células recibirán la cantidad de oxígeno y nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de las fibras musculares.
- Menor fatiga muscular: Una de las causantes de la fatiga muscular es el exceso de trabajo en los músculos, los cuales no han tenido una recuperación adecuada. También se produce por falta de eliminación de metabolitos, como sucede con el amoniaco, un compuesto tóxico y que en ciertas cantidades provoca fatiga al no ser eliminado correctamente; sin embargo, mediante el proceso de depuración de Lebasi, se eliminará la toxina y esto producirá que no aparezca el cansancio del músculo.
- Mayor rendimiento físico: El lactoserum suizo, a partir de su complejo B, proporciona una gran cantidad de energía para realizar actividad física cotidianamente.
- Mejora la resistencia de los huesos: Los minerales contenidos en Lebasi ayudan a evitar las fracturas por impacto o desgaste, comunes en deportistas de alto rendimiento.
- Evita desgarres musculares: Los sistemas antioxidantes, como los de las vitaminas C, E y A, selenio y zinc, ayudan a evitar y tratar los desgarres producidos por exceso de ejercicio o una sobrecarga al músculo.
