Esta disciplina milenaria que nació hace más de 4 mil años y que es tan popular actualmente, se basa en la conexión de cuerpo, mente y emociones mediante la respiración y determinadas posturas corporales.
Prácticamente cualquier persona, sin importar su edad, puede practicar yoga, que está a medio camino entre ser una actividad deportiva y un método de meditación. Lo mejor de ella es que el progreso en los movimientos lo marcas tú y la persona que actúa como guía, quien va midiendo las posibilidades de cada practicante.
¿Quieres saber cómo cambiaría tu vida esta práctica? Aquí te contamos los beneficios del yoga.
Reduce la ansiedad y el estrés.
Según un estudio realizado Ronald C. Kessler, sociólogo y profesor en el Harvard Medical School de Massachusetts, la práctica habitual de esta actividad disminuye el estado de ansiedad y el estrés de forma similar al de una terapia médica convencional (es decir, con ansiolíticos).
Mejora la productividad.
Si tu trabajo es agotador, no te gusta o te mueves en un ambiente muy competitivo, puede que el yoga te ayude. Un estudio hindú señala que esta actividad ayuda a que se mejoren aspectos laborales que tiene que ver con la satisfacción, resultados, implicación emocional y relaciones sociales con los compañeros.
Aumenta la flexibilidad.
Aunque al principio para muchos resulten difíciles las posturas que se realizan, a medida que se avanza con la práctica, el yoga ayuda a aumentar la flexibilidad muscular. Esto te puede evitar lesiones si practicas algún otro deporte o ejercicio.
Contribuye a aliviar dolores crónicos y posturales.
Con una práctica bien adaptada, el yoga es muy efectivo para paliar la mayoría de los dolores crónicos como el dolor de cuello, la artritis reumatoide, dolor de rodillas, lumbalgia, dolor de espalda crónico, ciática o fibromialgia, entre otros. Eso sí, es necesario que cuentes con un buen maestro yogui para evitar lesiones mayores.
Quema calorías.
Algunos estudios han comprobado que, sumado a una buen dieta, es perfecto para mantener la báscula a raya o adelgazar, ya que implica un gasto calórico promedio de 7 kcal/min, lo cual equivale a quemar unas 507 calorías por hora.
Enseña a respirar correcta y conscientemente.
Y esto tiene muchos beneficios. Respirar de manera profunda y a un ritmo pausado ralentiza el ritmo cardiaco y relaja los músculos. De hecho, es una técnica perfecta para la preparación al parto, afrontar el estrés o la ansiedad, o para abordar cualquier situación en la que el dolor tenga visos de aparecer (un retoque de los labios con ácido hialurónico, por ejemplo).
Reduce los niveles de cortisol y de colesterol en la sangre.
Al combinar en una sola práctica, el movimiento y la relajación contribuyen a equilibrar el sistema nervioso (mantener el cortisol, que causa estrés, a raya). Además muchos estudios han demostrado que realizar con regularidad ayuda a controlar la presión arterial y la acumulación de la grasa en las arterias; lo que reduce la posibilidad de sufrir un accidente cardiovascular (infartos cerebrales o coronarios).
Mejora la calidad de sueño.
Las personas que realizan yoga tardan 10 minutos menos que la media en quedarse dormidas e incrementan el número de horas que duermen en una hora en promedio más por noche (estudio realizado por la Fundación para la investigación del Yoga Swami Vivekananda).
Así que si estás buscando llevar un estilo de vida más saludable que mejore tu bienestar físico y mental, el yoga puede ser la respuesta. Además, a su práctica puedes añadir el consumo de lactoserum suizo Lebasi, un alimento natural que fortalece al organismo y mejora su funcionamiento.
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