Qué cambia en el sistema digestivo en la tercera edad

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A partir de los 60 años, es necesario revisar y modificar los hábitos alimenticios que se han venido teniendo para adaptarlos a las nuevas necesidades biológicas de la tercera edad.

La importancia de una buena alimentación es casi igual para todos; sin embargo, los adultos mayores son los que deben cuidar más lo que comen, ya que la dieta es vital para su salud, desarrollo y calidad de vida.

Los cambios en el aparato digestivo que trae consigo el envejecimiento provocan problemas como el estreñimiento o la deficiencia nutrimental. Aquí te damos algunos detalles de qué es lo que sucede con el sistema digestivo (de la boca hasta el intestino) cuando se llega a la tercera edad.

Boca

Con el paso del tiempo, suele haber un adelgazamiento de las encías y una disminución de la resistencia del esmalte dentario, lo cual tiene como consecuencia la pérdida de piezas dentales.

Hay también una disminución del número de papilas gustativas y de la producción de saliva (que también se vuelve espesa), lo que conlleva una menor percepción del sabor de los alimentos y una disminución de la sensación de sed.

Por pérdida de masa muscular puede haber dificultad en la masticación y la deglución, lo que en ocasiones extremas hace que se produzcan atragantamientos, con el riesgo del paso de alimentos y agua al aparato respiratorio.

Esófago

Hay una disminución de la motilidad y el cierre entre esófago y estómago es menos efectivo. Esto puede producir un aumento del reflujo gastroesofágico, con paso de ácido del estómago hacia el esófago o incluso hasta más arriba.

Estómago

Al igual que en el esófago, se da un descenso de la movilidad y una menor secreción ácida, lo que causa digestiones más lentas y con retraso en el vaciado gástrico. También, el moco protector de la capa interna del estómago baja de calidad, con lo que la probabilidad de padecer úlceras gástricas se incrementa.

La deficiente digestión y presencia de enzimas puede llevar a la persona a presentar algún tipo de deficiencia nutrimental.

Hígado, vesícula y páncreas

El hígado presenta una mayor dificultad para metabolizar sustancias y disminuye la producción de bilis, que se espesa. La vesícula biliar tarda más en vaciarse y aumenta el riesgo de que se formen piedras en su interior; sin embargo, la función del páncreas se mantiene casi intacta.

Intestino delgado

No sólo recibe un menor riego sanguíneo, sino que también se disminuye su movilidad y su mucosa se atrofia, lo cual provoca una mala absorción de nutrientes como si hubiera carencias en la alimentación.

Intestino grueso

También en el colon se da una disminución del movimiento y la mucosa se atrofia, con lo que se altera la absorción de agua de las heces, hecho que produce estreñimiento; sin embargo, debido a alteraciones neurológicas y de la musculatura de los esfínteres puede producirse incontinencia fecal.

En la mayor parte de los casos, el estreñimiento se corrige mediante el consumo de alimentos ricos en fibra, en especial fibra insoluble, en conjunto con un consumo adecuado de líquidos y de actividad física cuando sea posible. El consumo de fibra en la tercera edad también es importante para reducir el riesgo de cáncer de colon y ayudar en el manejo de diabetes y padecimientos cardiovasculares que son muy comunes en esta edad.

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Salud · Sistema digestivo

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