¿Cómo cuidar las manos secas y agrietadas?

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Lo que necesitas saber para calmar esas manos secas y agrietadas.

Las manos son nuestra principal herramienta de trabajo; las utilizamos para cocinar, limpiar la casa, leer, jugar con los niños, hacer una llamada telefónica, teclear un correo electrónico, scrollear en redes sociales… Por eso, es que están tan expuestas a todo tipo de agresiones externas.

Además del uso y la exposición, en los últimos meses la piel de las manos se ha debido enfrentar al lavado frecuente y mayor uso de geles desinfectantes (¡Gracias, coronavirus!), lo cual deteriora su barrera de protección natural y las vuelve más vulnerables a las agresiones.

Uno de los problemas más comunes que se presentan es la resequedad y agrietamiento, algo que aumenta también con el frío.

La piel de nuestras manos merece la misma atención y cuidados que la del resto de nuestro cuerpo; por eso, ante cualquier señal de sequedad -tonalidad pálida, aspereza, descamación, superficie cuarteada, picor, enrojecimiento y aparición de grietas profundas que pueden llegar a sangrar-, es necesario aplicar medidas de protección para evitar infecciones, irritación y otros síntomas incómodos que son más difíciles de tratar.

¿Sabes qué hacer en esos casos? Apunta y ponte en acción.

1. Lávalas con agua tibia

Lavar y desinfectar las manos es un hábito imprescindible para evitar infecciones; sin embargo, al cuidar manos resecas o agrietadas, lo mejor es lavarlas de forma moderada, usando agua tibia y jabón neutro. También se recomienda que después de cada lavado, se aplique crema o algún otro producto humectante.

El agua caliente empeora la sequedad y el jabón líquido antibacteriano elimina las bacterias buenas que protegen la piel.

2. Abriga tus manos

Sí, el frío es un gran enemigo para la piel y el cabello. Para las manos, el frío es uno de los principales causantes de la resequedad. Así que cada vez que salgas, no olvides llevar tus guantes o algún otra accesorio que te ayude a abrigar tus manos.

3. Utiliza guantes de protección

Por las prisas o simplemente por olvido, no se usa un gran aliado en el cuidado de las manos durante el aseo: los guantes de látex. Estos evitan el contacto directo con las sustancias químicas de los productos de limpieza, las cuales son perjudiciales para la piel.

4. Usa protector solar

El protector solar suele usarse principalmente en el rostro, y cuando es necesario (como cuando se va a la playa) en el resto del cuerpo; pero siempre se olvida aplicarlo en las manos.

Este producto es muy bueno para el cuidado de las manos secas, pero no es necesario presentar algún problema para iniciar a usarlo. Recuerda: el protector solar protege a la piel del daño provocado por los rayos UV.

5. Exfólialas

Así es, las manos también deben exfoliarse, esto permite remover las células muertas que se acumulan sobre las manos y ayuda mucho al cuidado de las manos agrietadas.

Se recomienda hacer una exfoliación a la semana, puede ser con algún producto que compres o simplemente con miel y azúcar mezclados que puedes aplicar sobre tus manos. A esta mezcla también puedes agregar lactoserum suizo Lebasi, un alimento natural que potenciará los beneficios.

6. Lleva cuidados nocturnos

Algunos hábitos nocturnos aceleran la reparación de las grietas en las manos. Por ejemplo, aplicar vaselina o aceite de almendras antes de ir a dormir puede sobreponer las grasas esenciales responsables de su humectación.

También hay tratamientos exclusivos para las manos que, utilizados por la noche, previenen arrugas y manchas.

Otra recomendación es que tras la aplicación de una capa gruesa de crema humectante, se cubran las manos (por 15 o 20 minutos) con guantes de seda, de gel de algodón o de látex para ayudar a que la piel dañada se regenere más rápido.

7. Dales un masaje

Esta es una actividad que no consume mucho tiempo, pero que brinda varios beneficios. El masaje estimula la circulación para tener una mejor oxigenación y reparación de las células.

Por otra parte, sus efectos son aún mayores cuando se complementa con aceites relajantes y humectantes.

8. Aplica productos que ayuden a reparar la piel

En el mercado existen diversas cremas humectantes que ayudan a reparar la piel de las manos. Pero también conviene considerar otras opciones como la aplicación de aceite de coco, germen de trigo o de oliva, aceites minerales o la tan venerada manteca de karité.

Además, no hay que olvidarse de ingredientes reparadores como el aceite de rosa de mosqueta, palmarosa o caléndula. Incluso, puedes encontrar crema de caléndula en tiendas naturistas o de herbolaria.

Otro consejo consiste en mezclar la crema humectante que se tiene con algunas gotas de aceites vegetales (aceite de oliva, por ejemplo) para enriquecerla. También a esta mezcla puedes añadir lactoserum suizo Lebasi.

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