Por Mónica Franco Díaz
La alimentación es decisiva para cuidar y conservar la piel. El buen estado del tejido cutáneo influye en nuestra salud, tanto física como mental. Incluso, la propia piel avisa que puede existir una falta de nutrientes o que el organismo está sufriendo alguna alteración.
Los nutrientes que precisa este órgano los recibe a través de la sangre. Para su buen estado requiere especialmente de: proteínas; ácidos grasos insaturados; vitaminas A, C y B; así como carotenos.
Y ¿en qué alimentos podemos encontrar todos estos nutrientes para tener una piel sin arrugas, hidratada, bonita… en fin, sana? Aquí te lo decimos.
Ácidos grasos insaturados
Son responsables directos de la integridad de las estructuras de la piel, del mantenimiento de su espesor e hidratación, así como del metabolismo.
Los ácidos grasos de la familia omega-6 los encontramos en alimentos como los aguacates, las aceitunas, las legumbres, los cereales integrales, el germen de trigo y el aceite de onagra.
También destaca el aceite de oliva extra virgen, el cual es muy útil en caso de alergias cutáneas.
Vitamina A
Es imprescindible para la lucha contra las infecciones de la piel. Impide
que los tejidos se “agrieten” y tiene un papel de barrera para dificultar la entrada de microorganismos infecciosos. Está presente en los pescados blancos y azules.
Vitamina C
Con el paso de los años se produce una disminución de la elasticidad en la piel y un aumento de las arrugas. Una buena forma de combatir el envejecimiento es el consumo diario de frutas y ensaladas que nos faciliten el obtener vitamina C, que juega un papel importante en la formación de colágeno.
Además, esta vitamina es relevante como antioxidante y como protector de todas las células.
La podemos hallar en brócoli, fresas, melón, papas horneadas, tomates, frutas cítricas (como naranjas y toronjas), pimientos rojos y verdes y kiwi.
Vitamina B
La falta de vitamina B facilita la aparición de problemas como dermatitis, sequedad o mala regeneración cutánea.
Esta vitamina la podemos conseguir a través del consumo de cereales integrales. Estos alimentos, junto con las levaduras, el germen de trigo, las legumbres, los pescados, los huevos y los lácteos, proporcionan una dieta que va a servir de gran ayuda a nuestra piel.
Carotenos
Una parte de los carotenos que se toman con los alimentos se transforman en vitamina A y otra parte se almacenan bajo la piel, así que nos sirven para proteger el tejido cutáneo. También favorecen la apariencia saludable de la piel, al reducir el daño producido por los rayos UV y la contaminación.
Las zanahorias, frutas tropicales y de primavera son excelentes vías para obtener carotenos y luchar contra las impurezas en la piel.
Proteínas
Una dieta baja en proteínas facilita el envejecimiento cutáneo y la fragilidad de la piel. Son numerosas las proteínas que se precisan, pero de entre ellas destaca la queratina, la cual es una proteína fibrosa con un alto contenido de azufre.
La mejor manera de garantizarnos unos niveles adecuados de queratina es a través de la alimentación, una que sea rica en minerales y vitaminas. No te olvides de consumir: verduras de hoja verde, ajo, salmón, pechuda de pollo.
Agua
Sin contar el sudor, cada día nuestro organismo evapora entre 300 y 600
centímetros cúbicos de agua a través de la piel. Por tanto, es necesario tener una buena hidratación.
El consumo mínimo diario es de litro y medio de agua, imprescindible para el funcionamiento del organismo y para que la piel se vea hidratada.
