El estrés es la respuesta automática y natural que tiene el cuerpo ante un desafío o una demanda. La vida y el entorno están en constante cambio y, por ende, exigen que las personas se estén adaptando; así que cierta cantidad de estrés es necesaria
Sin embargo, cuando la respuesta de estrés se prolonga o intensifica, nuestra salud, desempeño académico o profesional, y hasta nuestras relaciones personales se pueden ver afectadas. Por eso, lo primero que hay que hacer para prevenir y hacer frente al estrés es reconocer cuando aumenta nuestros niveles de tensión.
Hay que reconocer que el estrés es parte de la vida diaria. Las personas pueden adaptarse a él e incluso utilizarlo en su provecho… no obstante, también hay personas que sienten abrumadas por el estrés, lo cual termina afectando su calidad de vida.
¿Lo que como puede hacer la diferencia?
La nutrición es un factor relevante, ya que afecta la eficacia con la que el individuo enfrenta las exigencias físicas y mentales del estrés. Y es que la mala alimentación y nutrición estresa al cuerpo y la mente, perjudicando bastante a quien se encuentra en este estado, ya que puede causar un aumento en las necesidades de nutrientes, vitaminas y minerales.
Y es que en el caso del estrés, pueden suceder dos situaciones: la primera es la sobrealimentación, que se da cuando un individuo se encuentra bajo un periodo de estrés compensado con atracones de comida; y la segunda, el dejar de comer, que es lo peor, pues al malestar psicológico se suma el físico, dando como resultado que el organismo colapse y se den mayores problemas.
De hecho, se crea estrés biológico cuando la dieta produce fuertes altibajos de ciertos nutrientes en sangre, secreciones puntuales de determinadas hormonas relacionadas con el estrés, insuficiencia de sustancias necesarias para producir energía, síntesis de neurotransmisores u otras necesidades. Asimismo, comer en exceso crea estrés.
En resumen, todos los micronutrientes están implicados de una forma directa o indirecta con el equilibrio emocional. Por eso, el lactoserum suizo Lebasi apoya a mantener ese equilibrio gracias a algunos de los nutrientes que contiene:
- Vitaminas del grupo B: Entre otras funciones, participan en las reacciones de obtención de energía, especialmente la B1; la B3 es esencial para el equilibrio psíquico; la B5 colabora en la síntesis de hormonas del estrés; la B6 y B12 intervienen en la síntesis de neurotransmisores, junto con el zinc y el magnesio.
- Vitamina C: Antioxidante y potenciador del sistema inmunitario. Participa en la síntesis de neurotransmisores.
- Vitamina E: Protege a las hormonas del estrés (derivadas del colesterol) de la oxidación.
- Magnesio: Interviene en las reacciones de obtención de energía y cataliza las reacciones de transformación de grasos esenciales, necesarios para la integridad de las células cerebrales y sus conexiones.
- Zinc: Participa como coenzima en varios cientos de reacciones, interviene en las reacciones de ácidos grasos esenciales para las funciones cerebrales y moduladores de la inmunidad, en la síntesis de neurotransmisores.
- Fenilalanina: Aminoácido que ayuda a mejorar el estado de ánimo.
