Hígado: el órgano que elimina toxinas y cómo mantenerlo sano

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Por Mónica Franco Díaz

El buen estado de salud de una personas se da cuando el conjunto de actividades de los órganos y funciones corporales se realizan de forma correcta y en equilibrio (la ruptura del mismo es lo que provoca la pérdida de la buena salud).

Por supuesto, la actividad de las células que forman el organismo genera sustancias de desecho que se eliminan de forma natural, cuando éstas no sobrepasan el nivel de tolerancia, algo que depende de cada individuo (de su edad, herencia, estado general).

Sin embargo, hay alimentos y productos como el café, el tabaco, diversas
drogas, algunos aditivos alimentarios, contaminantes, medicamentos… que dificultan las actividades celulares e incrementan la cantidad de elementos de desecho, por lo que los órganos eliminadores se ven desbordados e incapaces de desembarazarse de un nivel elevado de toxinas.

El hígado es uno de los grandes eliminadores del organismo; de hecho, ejecuta más de quinientas funciones diferentes, aunque se sospecha que pueden ser muchas más. De ahí, la enorme importancia de su estado para la salud, y es que con un hígado en mal estado es imposible encontrarse bien.

Por esto, la depuración del organismo -en particular, la depuración hepática- es una de las primeras acciones que se deberían realizar cuando se plantea el tratamiento de cualquier enfermedad, puesto que lo mejor es siempre comenzar por “limpiar el terreno”.

Lebasi, un depurador natural

El lactoserum suizo Lebasi es un excelente depurador, ya que gracias a sus nutrientes lleva a cabo una limpieza total de las toxinas que se acumulan en el organismo y que a la larga provocan enfermedades.

Es un alimento 100 % natural que ayuda a regenerar todas las células del hígado: primeramente, lo limpia por medio del glutatión (antioxidante que se produce al consumir Lebasi diariamente), y luego, lo nutre y ayuda a la formación de células nuevas debido a que también contiene vitamina C (importante para la producción de células). Así, se revierte el daño causado al hígado, incluso en casos de cirrosis, hígado graso, hepatitis, etc. es un excelente aliado.

Además, fortalece a este órgano, concretamente a los hepatocitos, que son los encargados de su correcto funcionamiento, ya que el lactoserum suizo aporta una serie de vitaminas esenciales, como son las B1 o tiamina, la B6 o piridoxina, y la B12 o cianocobalamina.

Por supuesto, el consumo de Lebasi (se recomienda tomar de 6 a 8 cucharadas soperas diariamente) debe ir acompañado de una alimentación saludable, en la cual se eviten todos aquellos productos que acarrean más toxinas al cuerpo (café, alcohol, alimentos procesados, tabaco…) y se aumente la presencia de alimentos con un alto valor nutrimental.

En le caso del hígado, otros alimentos con gran aporte son los cereales integrales, las uvas, las manzanas, las cerezas, los ni´seros, las alcachofas, las cebollas, los rábanos el aceite de oliva, el betabel, las zanahorias, las fresas, la achicoria y la berenjena.

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