Te pones enfrente de la báscula y ya comienzas a sentirte preocupado… Hace poco tiempo te pesaste y no estabas arriba de tu peso; pero algo dentro de ti te dice que en esta ocasión subiste unos kilitos.
Te pones en la báscula y, efectivamente, tienes unos kilos de más. Ahí es cuándo te asalta la pregunta de por qué es tan difícil mantener el peso. Quizá te hayas puesto a dieta y bajado unos kilos, o no, pero como muchos te enfrentas a la dificultad de controlar tu peso.
La nutrióloga Mónica Franco Díaz comenta que entre las principales causas de que las personas no logren mantenerse en un peso están: el consumo excesivo de carbohidratos (como son las harinas refinadas, galletas, pan, tortillas, azúcar, entre otros) y de grasas, la falta de actividad física y el poco orden que existe en los horarios de alimentación.
A esto añádase que pese a haber estado a dieta y de haber ido con un especialista, las personas no cambian verdaderamente de hábitos alimenticios y sucede lo que se conoce como “rebote”.
“El problema de volver a obtener el peso perdido es que terminan la dieta y vuelven a comer como lo estaban haciendo anteriormente, y eso hace que aumenten el peso perdido o hasta más. Es importante tener un cambio de hábitos y no solo llevar una dieta”.
Franco Díaz insiste en que más que ponerse a dieta eternamente, las personas deben aprender a comer, es decir, medir porciones, no excederse en lo que comen y realizar actividad física para lograr un equilibrio entre lo que consumen y lo que su cuerpo necesita para funcionar.
Sí, el picoteo constante no juega a favor
Te levantas y te vas al trabajo sin desayuno porque no hubo tiempo. Llegas al trabajo y en la máquina expendedora o la tiendita de la esquina te compras un café y unas galletas. Apenas una hora más tarde, te vuelve a dar hambre y le sigue un chocolate o una dona. Luego, las papas para antes de comer o cualquier otro antojo que se te ocurra. Y sí, todo el día te la pasas sentado frente a la computadora. ¿Te suena? Pues ten cuidado, porque ese picoteo constante y diario de antojos es lo que va aumentando tus calorías silenciosamente.
“Cada alimento que consumamos son calorías que se pueden acumular en forma de grasa si no las utilizamos por medio de movimiento o actividad. Si tenemos algún antojo o hambre, lo que podemos hacer es comer algo saludable como pepino picado, un puñado de frutos secos o alguna fruta, alimentos que ayudan a controlar las ganas de comer sin agregar tantas calorías”, comenta Mónica.
Por esto mismo, los nutriólogos recomiendan hacer varias al comidas al día (pero no de comida chatarra, obviamente) y que cada que se coma se cuiden las porciones a consumir. También, que haya horarios específicos para que el organismo no esté sin alimentos tanto tiempo.
“Se sugiere el consumo de 5 comidas pequeñas para no consumir alimentos en exceso, ya que si duramos muchas horas sin comer, esto ocasiona que tengamos ansiedad y que consumamos demasiados alimentos a la hora de comer. Debemos marcar horarios y ser disciplinados en nuestra alimentación”.
Sobre las porciones que se deben de comer, la nutrióloga recomienda que hay que cubrir la mitad del plato con frutas y verduras, y la otra mitad dividirla en dos para que en una haya proteína, animal o vegetal, y en la otra, algún hidrato de carbono. Por supuesto, los tiempos entre comidas fuertes deberán ser de porciones más reducidas.
“La cantidad que consumamos de cada alimento define las calorías que se van a otorgar al cuerpo, así que a mayor cantidad de calorías, mayor aumento de peso.”
Mónica menciona que un alimento que puede ayudar mucho en el control de peso es el lactoserum suizo Lebasi, el cual es hipocalórico, o sea, que otorga una buena cantidad de nutrientes sin aumentar el peso, ya que contiene menos calorías que una manzana y menos grasa que un limón; además de que está compuesto por aminoácidos que ayudan a la saciedad y mejoran el metabolismo.
