Por Mónica Franco Díaz, nutrióloga
La caseína es una proteína de la leche, que generalmente no causa problemas por su consumo, salvo en personas que no pueden digerirla correctamente.
Este componente proteico comprende la mayoría de las proteínas de la leche, puesto que constituye aproximadamente un 80% de este alimento, mientras que el 20% restante es suero.
La caseína es una proteína de alto valor biológico y de absorción mucho más lenta respecto al suero de leche. Es necesaria para la absorción de calcio y fosfato en el intestino.
Es muy usual encontrarla, además de en la leche de vaca, en muchos suplementos alimentarios como barritas o batidos, ya que previene el catabolismo muscular al reforzar el aporte proteico de deportes de fuerza y culturismo. El catabolismo muscular (proceso metabólico que se produce cuando el organismo no recibe los nutrientes suficientes y se sirve de sus propios tejidos, degradando de esta forma los músculos) sucede cuando el cuerpo es sometido a entrenamientos muy duros, de ahí que muchos culturistas decidan tomarla.
¿Qué sucede cuando la caseína se digiere?
Sucede que los diferentes productos secundarios consecuencia de la descomposición bacteriana de la caseína causan la aparición de un moco espeso, pegajoso y bastante denso, que se pega a las membranas mucosas.
En algunas personas se adhiere a los vasos linfáticos del intestino, impide la absorción de nutrimentos y ocasiona así problemas inmunológicos, alergias y asma.
Esta acumulación de mucosidades es causada por la carencia de mecanismos digestivos que descompongan la caseína correctamente.
¿Y Lebasi?
La leche de vaca contiene más de 250% de caseína que el suero de leche Lebasi. Así que al ser un producto que casi no contiene esta proteína, Lebasi no es formador de moco, por lo cual se puede consumir sin ningún efecto secundario parecido al de los productos lácteos.
