Resfriado, gripe… ¿cómo evitar infecciones respiratorias?

Debido al coronavirus, las personas están más atentas a su estado de salud y a los cambios de su organismo que les indiquen el haber contraído alguna enfermedad.

Además de la gripe (que no es lo mismo que el resfriado común), la faringitis, laringitis, neumonía y bronquiolitis son algunas de las patologías respiratorias más habituales. Todas ellas son producidas por diferentes microorganismos, algunas son causadas por bacterias, como el neumococo, y otras por virus, como el de la influenza.

Y aunque nadie está a salvo de estas enfermedades, sí hay personas con un mayor riesgo de contraerlas y de sufrir complicaciones: embarazadas, niños menores de 5 años, adultos mayores, personas con determinadas patologías como asma, cardiopatías crónicas… y claro, los profesionales de la salud.

¿Cómo se transmiten estas infecciones respiratorias?

La saliva y las mucosas de la persona afectada son el sitio en los que se alojan los microorganismos de estas enfermedades. Al estornudar o toser, el afectado expulsa gotitas de saliva que pueden esparcirse en un área de hasta cuatro o seis metros.

Estas gotas de saliva, medio de transporte de los gérmenes infecciosos, se mantienen suspendidas en el aire hasta 30 minutos y pueden ser inhaladas por otros al respirar, provocando la infección.

Otra vía de contagio puede ser por contacto con superficies u objetos contaminados. Cuando alguien toca estos objetos o superficies, los microorganismos pasan a las manos, que serán nuevas fuentes de infección y propagación de estas bacterias o virus.

¿Puedo evitar contagiarme?

Aunque no se puede evitar su contagio, sí es posible disminuir las
posibilidades de enfermar siguiendo unos simples consejos, algunos de ellos ya los conoces porque los has oído hasta el cansancio gracias al coronavirus. Aplícalos, en este tiempo no está de más prevenir.

• La vacunación es la medida más eficaz de prevención en el caso de la gripe, sobre todo en los grupos de riesgo. También es muy útil en la prevención de la neumonía.
• Cuando tosas o estornudes, evita poner las manos, ya que quedarán contaminadas y serán fuente de propagación de infección. En este caso, siempre hay que cubrirse con pañuelos desechables o con el pliegue del codo.
• Recuerda la sana distancia. Evita principalmente el contacto con las personas infectadas (besos, abrazos, saludos de mano…) y no compartas objetos con ellas.
• Evita tocarte la cara con las manos, puesto que los microorganismos entran a través de la nariz, los ojos y la boca.
• Es primordial realizar un lavado frecuente de manos porque, cada día, están en contacto con múltiples objetos infectados por numerosos microorganismos causantes de infecciones. Un lavado correcto de manos tiene que durar entre 40 y 60 segundos.
• Ventila a diario las estancias al menos diez minutos, para que los microorganismos que se encuentran en suspensión en el aire de la habitación se vayan.
• Evita los ambientes con humo de tabaco, los cambios bruscos de temperatura y los sitios cerrados y demasiado concurridos.
• Limpia con cuidado superficies y objetos para ayudar a reducir la propagación de microorganismos.
• Mantén la casa templada y con un nivel adecuado de humedad, porque los ambientes secos agravan las enfermedades respiratorias.
• Lleva una dieta saludable, rica en frutas y verduras, que son alimentos con abundante vitaminas A y C.
• Mantente activo y descansa las horas adecuadas. Y si estás enfermo, no acudas al trabajo o la escuela, para que no contagies a otros.
• Consume alimentos hipernutricionales, como el suero de leche Lebasi, que te apoyen con el fortalecimiento del sistema inmunológico.