Alergias y nutrición: cómo ayuda lo que comemos

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Con los cambios de estación (principalmente cuando llega la primavera), la alergia se convierte en uno de los problemas o malestares más comunes entre las personas; pero no todas las alergias tienen un desencadenante estacional, ya que existen otros factores que hacen que esta reacción del cuerpo se manifieste por periodos más largos.

La alergia o atopia es una tendencia del organismo (del sistema de defensa o inmunitario) a reaccionar con respuestas exageradas a algunas sustancias inhaladas, inyectadas, ingeridas o tocadas, las cuales no provocan ninguna reacción en la mayoría de personas. Entonces, el problema de quienes padecen alergia proviene de su sistema inmunológico.

Hay más de 500 sustancias comunes (alergenos) que desencadenan una reacción alérgica. Y a pesar de la gran cantidad de alergenos que existen, los más frecuentes son: el polen de plantas y árboles, los ácaros (pequeñísimos insectos) del polvo de las casas, el pelo y la caspa de los animales, los hongos de los lugares húmedos, algunos alimentos y medicamentos, así como las picaduras de ciertos insectos. 

Se sabe que la alimentación tiene un papel fundamental en el funcionamiento óptimo del sistema inmunológico, así que una adecuada nutrición debería ser la base para el tratamiento y prevención de todas las alergias.

Por esta razón, te compartimos algunas pautas nutricionales que pueden, si bien no curar, sí mejorar la forma en que el organismo lidia con las reacciones alérgicas:

1- Aumenta el consumo de alimentos antihistamínicos

Como los que contienen vitamina C: té verde, limón, tomillo, cebolla, ajo, rábanos, etc.

2- Ayuda a la detoxificación hepática

Consumiendo alcachofa, ajo, cebolla, rábano negro, cardo, coles, etc.

3- Evita la malnutrición y desnutrición

Actualmente, podemos decir que estamos sobrealimentados, pero malnutridos y desnutridos. Los excesos alimentarios y el consumo de alimentos inflamatorios y que contienen aditivos, metales pesados, pesticidas… provocan una malnutrición de nuestras células.

Por esto, es necesario un incremento de nutrientes, como las vitaminas y minerales (vitamina A, C, E, B6, zinc, cobre, selenio), ácidos grasos esenciales (modulan la producción de prostaglandinas y, por tanto, son mediadores de la inflamación del organismo), aminoácidos esenciales,
antioxidantes y fibras prebióticas. Todos esto es imprescindible para la mejora de las barreras físicas, la protección de las células inmunitarias y la producción de anticuerpos.

4- Añade lactoserum suizo Lebasi a tu dieta

Alimento 100% natural que eleva las defensas y limpia el aparato gastrointestinal. Los nutrientes que contiene y que ayudan al control de las alergias son:

  • Hierro: Es un oligoelemento necesario para muchas funciones en nuestro cuerpo. Su deficiencia puede causar cansancio y fatiga. Sus principales funciones son el transporte de oxígeno a través de la sangre y el crecimiento de las células.
  • Selenio: Es un mineral con una fuerte capacidad antioxidante y además estimula el sistema inmune.
  • Zinc: Es un oligoelemento esencial para la salud de las personas, ya que es imprescindible para las funciones del sistema inmunitario.
  • Vitamina A: Es una vitamina liposoluble, es decir, que está en la fracción grasa de los alimentos. Tiene el poder de estimular las funciones del sistema inmunitario, promueve la reparación de tejidos infectados y aumenta la resistencia a las infecciones.
  • Ácido fólico: También conocido como vitamina B9, es necesario para la formación y mantenimiento de nuevas células.
  • Vitamina B12: Interviene en el buen funcionamiento del sistema inmune y en la formación de glóbulos rojos.
  • Vitamina B6: Esta vitamina del grupo B es necesaria para la formación de anticuerpos y glóbulos rojos.
  • Vitamina C: Su consumo es esencial para mantener una buena salud, es un potente antioxidante y contribuye con el correcto funcionamiento del sistema inmune.

5- También gestiona el estrés

El estrés crónico produce unos niveles altos de cortisol, y el exceso de esta sustancia actúa, por una parte, como inmunosupresor alterando la reacción del sistema inmune y, por otro, produce una irritación en la mucosa intestinal provocando irregularidades en el tránsito, gases, hinchazón, dolor lumbar, entre otros síntomas. Por tanto, la gestión del estrés es prioritaria.

Para lidiar mejor con el estrés, puedes ir a terapia, aumentar la calidad
del sueño, realizar actividad aeróbica y aumentar la ingesta de nutrientes
como el triptófano o el magnesio para la producción de serotonina, la cual se produce mayoritariamente en el intestino.

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