Por Mónica Franco Díaz, nutrióloga
El trastorno de ingesta compulsiva (TIC), también conocido como trastorno por atracón o comedor compulsivo, es considerado un trastorno de la conducta alimentaria no especificado.
Su característica principal es comer, en muy poco tiempo, una cantidad de alimento mucho mayor de la que comerían los demás. El comedor compulsivo no puede parar de comer, ya que experimenta una pérdida de control de su alimentación.
Quizá alguna vez has tenido un atracón de comida, pero debes saber que eso no te convierte en un comedor compulsivo. Quienes ya presentan este trastorno, por lo general, manifiestan los siguientes síntomas:
- Comer de forma excesiva, aunque no tengan hambre
- Comer frecuentemente de manera compulsiva e incontrolada
- Uso y abuso repetido de dietas o de productos milagros para bajar de peso
- Problemas de sobrepeso u obesidad
- Poca estabilidad emocional
- Sentimientos depresivos, de vergüenza y de culpabilidad
- Aislamiento social
Las consecuencias de este trastorno son: la presencia de sobrepeso u obesidad, que pueden derivar en complicaciones gastrointestinales, hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares; la inestabilidad emocional, pues se enfrentan sentimientos de culpa debido a los atracones que se dan, lo que provoca una baja autoestima e incluso depresión; así como la ansiedad, que juega un papel muy importante en los episodios de ingesta compulsiva, pues la comida se convierte en un refugio para los problemas.
También es común que estas personas caigan en el uso excesivo de productos o dietas milagrosas, lo cual puede terminar perjudicando su salud.
El tratamiento que sigue un comedor compulsivo, por lo general, cubre aspectos tanto físicos como psicológicos. Se recomienda que incluya psicoterapia, una dieta balanceada, ejercicio y medicamento en caso de ser necesario. Esto se puede lograr con un equipo multidisciplinario de psicólogos, doctores y nutriólogos. Además, los grupos de autoayuda
como el de Comedores Compulsivos Anónimos (CCA) suelen ser favorables.
¿Cómo ayuda Lebasi con este problema?
Las proteínas del lactoserum suizo Lebasi no sólo desempeñan un papel nutritivo importante, sino también causan efectos biológicos y fisiológicos positivos en el organismo. Por ejemplo, tienen una acción anticancerosa y son un estimulador de la respuesta inmune, o sea, ayudan a prevenir infecciones causadas por virus o bacterias.
En el caso de quienes padecen un trastorno de ingesta compulsiva o por atracón, los ayuda gracias a que contiene:
- Glicomacropéptido, una proteína que estimula la producción de la hormona colecistocinina, la cual se relaciona con la supresión del apetito; además, es una rica fuente de aminoácidos de cadena ramificada, indispensables para el desarrollo de masa muscular estimulada por el ejercicio (mientras más músculo se gane, más tejido graso se habrá perdido, lo que representa un gran beneficio para la salud y el control de peso).
- Vitaminas del complejo B (B2, B3, B5, y B6), mantienen el metabolismo funcionando, lo cual es necesario para bajar y controlar el peso.
- Yodo, estimula la tiroides y fomenta un metabolismo más sano y más
rápido. - Vitamina C, ayuda al cuerpo a convertir la glucosa en energía y evita que se almacene en el cuerpo.
- Triptófano, que combinado con la vitamina del complejo B, ayuda a relajar el sistema nervioso y disminuir la ansiedad, evitando las ganas de comer compulsivamente.
