El estrés es la forma cómo el cerebro y el cuerpo responden a cualquier demanda. Todo tipo de desafío (ya sea profesional, personal, académico o dado por algún evento traumático) puede causar estrés.
Y aunque no todo estrés es malo, porque es una respuesta que tiene el cuerpo frente a un peligro o amenaza, a largo plazo (si se vuelve crónico) puede afectar los sistemas inmunológico, digestivo, cardiovascular, del sueño y reproductivo.
Con el tiempo, la tensión continua que produce el estrés en el cuerpo puede contribuir a problemas graves de salud como enfermedades cardiacas, presión arterial alta, diabetes y otras enfermedades incluidos trastornos mentales como depresión y ansiedad.
A continuación, te damos algunas recomendaciones para saber cómo manejar el estrés.
Haz ejercicio
Debes tratar de ejercitarte con regularidad, pues por medio de la actividad física segregas endorfinas, hormona que contribuye a que tengas un mejor estado de ánimo.
No pongas la excusa de no saber por dónde empezar, hoy en día existen innumerables videos online para poder realizar ejercicio, además de que en Instagram hay entrenadores y profesionales compartiendo rutinas. En algunos de ellos no necesitas de ningún aparato o instrumento para activarte (mancuernas, sillones, cuerdas, ligas…).
Lleva una dieta saludable
El desarrollo de buenos hábitos alimenticios constituye una medida aconsejable para la prevención del estrés. Si tenemos un excelente equilibrio energético podremos responder de forma más eficiente a las demandas de nuestro entorno, lo cual nos evitaría el desarrollar problemas (y con ello, situaciones de estrés).
La dieta mediterránea, que toma como base el aceite de oliva, la fruta, los cereales, el pescado y las carnes magras, es una de las mejores que pueden seguirse para adquirir todos esos nutrientes que el organismo necesita, específicamente aquellos requeridos por el sistema nervioso.
Alimentos ricos en zinc, selenio y manganeso ayudarán a tu organismo, particularmente beneficiarán a tu sistema inmunológico y reducirán los desequilibrios que puede ocasionar la cuarentena. Puedes encontrar estos nutrientes en el lactoserum suizo Lebasi, legumbres, frutos secos, cereales integrales, jengibre, pescado blanco, mariscos, carnes, cebolla, espárragos, semillas y verduras de hoja verde.
Establece rutinas y objetivos
Debes marcar horarios para levantarte, trabajar, comer, realizar alguna actividad física, dormir y, por supuesto, pasar algo de tu tiempo compartiendo con tu familia o amigos, así como darte un tiempo para ti. Es importante mantener rutinas para evitar, lo más posible, situaciones estresantes, además de que los horarios ayudan a adaptarse de forma más sencilla.
También ayuda mucho el decidir qué debe hacer y qué puede esperar hasta más tarde, y aprender a decir no a las tareas nuevas si te están imponiendo una sobrecarga de trabajo. Ten en cuenta lo que has logrado al final del día, no lo que no ha podido hacer.
Usa técnicas de control de la respiración
Las situaciones de estrés provocan habitualmente una respiración rápida, lo que implica un uso reducido de la capacidad funcional de los pulmones, una peor oxigenación, un mayor gasto y un aumento de la tensión general del organismo.
Las técnicas de control de la respiración facilitan el aprendizaje de una forma adecuada de respirar bien para que, en una situación de estrés, se pueda controlar la respiración de manera automática.
Apoyo social
Las relaciones sociales con otros individuos sirven a menudo de fuente de ayuda psicológica o instrumental. Un grupo social puede facilitar una mejor adaptación e integración; por tanto, es esencial el establecimiento y desarrollo de redes sociales que faciliten el apoyo social al individuo.
No estás solo, así que mantente en contacto con personas que te ofrezcan apoyo emocional y ayuda práctica. Para reducir el estrés, pide ayuda a amigos, familiares u organizaciones comunitarias.
Distracción y buen humor
Fomentar la distracción y el buen humor es una buena medida para prevenir situaciones de ansiedad o para aliviarlas. Por eso, es bueno descubrir aquellas actividades que logran distraernos y nos hacen sentir bien, como los juegos de mesa, las pláticas con amigos, ver películas de comedia, contar chistes, etcétera.
Pide ayuda
Si a pesar de todo sientes que es difícil manejar el malestar, acude con un profesional que pueda ayudarte y guiarte en cuanto a la gestión del estrés.
