La alimentación y el ejercicio cuidan la salud mental

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Para nadie es ya un secreto que comer bien aporta múltiples beneficios al organismo; sin embargo, la relación entre nutrición y salud mental todavía se le escapa a muchos. Sí, una buena alimentación es muy importante para la mente, ya que está estrechamente ligada a muchos procesos cerebrales.

Y es que, como todos los órganos del cuerpo humano, el cerebro también requiere de energía y de determinados nutrientes para funcionar de manera correcta. Si no se come bien, ciertos procesos fisiológicos del cerebro se ven afectados, lo cual podría desencadenar algunos problemas. Así que elegir lo que se come no debería de tomarse tan a la ligera.

La dieta como parte del tratamiento de la depresión

Se ha detectado que llevar una dieta balanceada está directamente relacionada con menos índices depresivos, y si bien una alimentación sana no cura por sí sola este trastorno mental, sí se ha comprobado que es un factor relevante en el tratamiento.

Comúnmente, los pacientes con depresión presentan falta de triptófano, un aminoácido que no produce el organismo, y que se encuentra en alimentos como el chocolate, carnes magras, huevos y almendras. 

En concreto, consumir alimentos integrales, con ácidos grasos omega 3 y antioxidantes, reduce el riesgo de depresión. Por el contrario, la comida rápida o chatarra, la bollería -galletas y dulces- y las dietas restrictivas se asocian con mayor riesgo de padecer enfermedades mentales o bajos estados de ánimo.

Sobre esto, muchos especialistas recomiendan seguir la dieta mediterránea, porque es rica en grasas de origen vegetal (como el aceite de oliva), consumo de vegetales, frutas como postre y una copa de vino tinto con las comidas. Además, en ella escasean los postres muy dulces y las carnes rojas, mientras que abundan las legumbres, los cereales, el pescado y los frutos secos, alimentos clave para el sistema nervioso, puesto que contienen ácidos grasos omega 3 y vitaminas del grupo B.

Otro alimento que contiene muchos de los nutrientes que son esenciales para el sistema nervioso es el suero de leche suizo Lebasi, cuyos 41 nutrientes benefician a todo el organismo

Pero no sólo se trata de los alimentos que se consumen, sino también de ciertos hábitos que tienen que ver con la comida:

  • Tener un horario de comidas ordenado.
  • Comer en familia o con amigos. La alimentación necesita un componente social, el apoyo es fundamental para prevenir las enfermedades mentales.
  • Evitar las comidas rápidas, los cárnicos procesados, las grasas trans y los refrescos azucarados.
  • Responder al apetito normal y cuidar las porciones que se sirven.
  • No ver la comida como una válvula de escape de las frustraciones.
  • No asociar conductas alimentarias al aburrimiento o a comportamientos repetitivos.

El ejercicio también cuenta

Por supuesto, si a la buena alimentación se le suma la actividad física (y hasta cuidar la calidad del sueño), se logrará blindar aún más al cerebro contra diversos enemigos de la salud mental: depresión, estrés, ansiedad y trastornos del ánimo.

Se ha visto que el ejercicio mejora la salud mental, actuando sobre la ansiedad, la depresión, el insomnio y los trastornos del ánimo. La autodisciplina que impone la práctica regular de ejercicio puede llevar a la persona a experimentar una mayor sensación de control sobre su vida.

Y es que el ejercitarse regularmente libera endorfinas, que provocan sensaciones placenteras con cierto carácter adictivo, lo que favorece que el individuo mantenga la actividad.

Y aún hay más: la actividad física también se ve como un remedio para la fatiga, pues cansarse un poco todos los días puede atenuar la fatiga crónica.

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