El 15 de agosto es el Día Mundial de la Relajación, así que no hay mejor momento para desconectarse y olvidarse de las preocupaciones.
Debido al estresante ritmo de vida que llevamos, a veces resulta imposible relajarse, incluso hay personas que piensan que esto solo es una pérdida de tiempo; sin embargo, el darse un respiro ofrece varios beneficios (algunos relacionados con la capacidad de cognición), según la Academia Cognitiva Neurona:
- Favorece la recuperación de la fatiga.
- Ayuda a descansar.
- Favorece el sueño reparador.
- Previene el estrés, la fatiga y el insomnio.
- Reduce la tensión arterial.
- Genera una sensación de bienestar.
- Ayuda a mejorar la autoestima.
- Reduce la tensión emocional.
- Favorece la ruptura de pensamientos negativos recurrentes.
- Favorece la concentración, con lo que ejecutaremos mejor la tarea.
- Aumenta la capacidad de retención en la memorización.
- Facilita la recuperación (el recuerdo) de la información
Así pues, la relajación nos permite hacerle frente al estrés, un estado de tensión nerviosa que es producto de diferentes situaciones vividas tanto en el entorno laboral como en el personal.
Para saber parar y darse un respiro de todo aquello que nos estresa, es necesario crear el estado ideal que nos permita alejarnos de las actividades estresantes y de las situaciones que las causan. Para ello, te dejamos algunas pautas que te ayudarán a generar esa calma más fácilmente:
Haz ejercicio
Es una manera de estar relajado, ya que ayuda a liberar la tensión y reducir el aumento de adrenalina, noradrenalina y cortisol, las cuales producen estrés.
Come de manera saludable
Las comidas ligeras y sanas favorecen la reducción del estrés. Come sin prisas, mastica lentamente y procura comer las porciones que necesites para favorecer la digestión.
Uno de los alimentos saludables que ayudan a tener un buen estado de ánimo es el lactoserum suizo Lebasi, cuyas vitaminas, minerales y aminoácidos procuran el equilibrio emocional.
Evita el aislamiento
Si bien necesitamos estar en soledad de vez en cuando para reflexionar o hacer determinadas actividades, el llevar esta práctica al extremo no resulta muy bueno. Cuando alguien está solo frecuentemente, tiene más tiempo para pensar y analizar situaciones más allá de los necesario, lo que puede aumentar su estrés.
Disfruta los momentos
Las salidas con la familia o los amigos, los paseos, las escapadas de fin de semana, las idas al cine… Disfruta cada momento, eso definitivamente combate al estrés.
Ríete
La risa es una de las mejores terapias antiestrés, así que practícala. Y si la situación lo amerita, ríete a carcajadas.
Duerme lo suficiente
El sueño es reparador, es el momento en que nuestro cuerpo se libera de todas las toxinas del día, por lo que para no perturbarlo toma en cuneta lo siguiente: cena una hora antes de irte a dormir, acuéstate en un lugar con suficiente oscuridad y sin ruido, mantén una temperatura adecuada en la habitación y aleja las pantallas.
Respira
Los ejercicios de respiración pueden realizarse en cualquier lugar y hay muchas variantes. Una de ellas es la de hacer entre 5 y 10 inspiraciones y expiraciones abdominales, de forma lenta y profunda desde el diafragma. Toma aire por la nariz y expúlsalo, céntrate en vaciar por completo los pulmones antes de inspirar nuevamente.
Otra técnica es la de 4-7-8, un ejercicio desarrollado por el Dr. Andrew Weil. Para prepararte, coloca la punta de la lengua en el paladar e intenta mantenerla ahí durante el ejercicio. Deja que tus labios se separen y exhala sacando todo el aire. Ahora, con tus labios cerrados, respira a través de la nariz durante 4 segundos, mantén el aire dentro por 7 segundos, y luego, exhala durante 8 segundos. Repite el proceso cuantas veces necesites para lograr la relajación.
