Sentir el estómago pesado o inflado, tener un poco de ardor tras comer o alternar periodos de estreñimiento y diarrea no podría ser catalogado como algo normal. Estas molestias, que están relacionadas con la digestión, pueden ser causadas por determinados hábitos que no ayudan a que la comida sea procesada por nuestro sistema digestivo de una buena forma.
No hay que resignarse a sentir esas molestias, así sean lo más pequeñas, y mejor poner en acción estas recomendaciones:
Come despacio y mastica bien los alimentos
Si simplemente engullimos los alimentos, sin masticarlos bien, el resto de los procesos de la digestión (que suceden en el esófago, el estómago y los intestinos) se verá perjudicado. La comida debe extenderse mínimo 20 minutos, tiempo en el que el cerebro tarda en enviar la señal de saciedad. Además, se recomienda masticar la comida 20 veces para lograr triturarla adecuadamente, la saliva la emulsione y las secreciones actúen sobre ella.
Divide la ingesta de alimentos
En cuatro o cinco comidas. Entre los momentos de comida principales (desayuno, comida y cena) coloca dos colaciones -o una, por lo menos- para que no llegues a la comida y cena con un hambre voraz, ya que esto solo provocará que comas más rápido y en mayor cantidad, lo cual afecta al aparato digestivo.
Cena temprano
Seguramente te ha pasado alguna vez que, tras la cena, has ido a dormirte pero no puedes conciliar el sueño porque te sientes muy lleno o pesado. Trata de que tus cenas no sean muy copiosas y que sean, como mínimo, dos horas antes de acostarte.
Ni muy frío ni muy caliente
Las temperatura extremas irritan las mucosas digestivas, así que evita que tus platillos y bebidas estén demasiado fríos o calientes. Un poco antes de consumirlos, saca del refrigerador los alimentos que vayas a tomar y trata de comer platillos y bebidas calientes cuando su temperatura esté mucho más templada.
Porciones justas
Esto es importante porque si el estómago está sobrecargado, presionará al esófago y eso puede causar reflujo. También es importante que se busque balancear el plato, es decir, que la mitad de este se componga de alimentos cocidos y la otra mitad, de crudos.
Las bebidas hasta el final
El estar bebiendo entre cada bocado favorece la dilución de jugos gástricos, lo que causa una sensación de pesadez. Por eso, se recomienda beber líquidos hasta terminar de comer.
La hora del ejercicio
Trata de no realizar ejercicio dos horas antes o dos horas después de la comida. Digerir los alimentos (y más si son pesados) es un trabajo que requiere de gran esfuerzo para el organismo. Para lograrlo, la sangre se concentra en el estómago; pero si de repente los músculos también necesitan de su presencia, se generará un problema -como los calambres-.
Incluye proteínas y lácteos fermentados
El consumir proteínas de una forma moderada en cada comida favorecerá la secreción de sustancias requeridas en la digestión. Recuerda que las proteínas no sólo están en la carne, sino también en los lácteos, los huevos y las legumbres.
Asimismo, el incluir en la dieta lácteos fermentados ayudará a regenerar y mantener saludable nuestra flora intestinal.
Agrega Lebasi a tu dieta
El lactoserum suizo Lebasi es un alimento que apoya y protege la función del estómago, ya que contiene disacáridos que protegen la flora intestinal. Además de que tiene un pH totalmente neutro, lo cual ayuda a disminuir la acidez del estómago, procurando que la regeneración y protección del estómago sea mucho más rápida.
