El 10 de octubre está señalado en el calendario como el Día Mundial de la Salud Mental, y en este 2020, se celebra en un momento en el que la vida cotidiana de todos se ha alterado debido a la pandemia del covid-19.
Incertidumbre económica, desempleo, aislamiento, mínimo contacto humano, preocupación por contagiarse o que alguien cercano se contagie de coronavirus, adaptación a las clases en línea o al trabajo remoto, la ineficaz gestión del dolor causado por perder a un ser querido (a veces sin haber podido despedirse) son sólo algunas de las situaciones que muchas personas han estado -o están- viviendo.
Ante este panorama, se espera que las necesidades de apoyo psicosocial y en materia de salud mental aumenten considerablemente en los próximos meses y años. Por ello, la campaña del Día Mundial de la Salud Mental de este año se ha propuesto conseguir el incremento de las inversiones a favor de la salud mental.
Por supuesto, cada uno de nosotros también debe realizar su parte y aquí te damos algunos consejos para que cuides de tu salud mental.
Mantente activo
En realidad, el ejercicio beneficia de muchas maneras a nuestro estado de salud general, lo cual incluye la mente.
Si realizas ejercicio físico a diario segregas dopamina, además de que te mantienes en forma y reduces el nivel de actividad fisiológica que se asocia al estrés, la ansiedad o la ira; por tanto, aumenta tu bienestar personal.
Cuida tus horas de sueño
Dependiendo de cada persona (hay algunas que necesitan más horas de sueño que otras para tener un descanso reparador), es importante dormir entre 6 y 8 horas, aproximadamente, cada día. Además, es conveniente dormir siempre a la misma hora y seguir la misma rutina.
Descansar bien te permite cuidar de tu salud porque mejora el rendimiento físico e intelectual, también reduce la probabilidad de que aparezcan algunos problemas físicos y psicológicos.
Come sanamente
Tener una dieta saludable te ayudará a mantener tu cuerpo sano, te hará sentir bien y aumentará tu bienestar general.
Aunque de vez en cuando no está mal darse un gusto, lo mejor es limitar el consumo de grasas, azúcares, alcohol; y, por el contrario, hay que comer mucha fruta, verduras, alimentos ricos en fibra, legumbres, pescados azules.
Relájate, medita
Existen muchas técnicas para relajarte: de respiración, de relajación mental, de relajación física y hasta para meditar. Es cuestión de que escojas aquella que prefieras, pues todas ayudan a disminuir las tensiones y el estrés que puedas estar experimentando.
Por supuesto, si has notado algunas otras acciones que te relajan, como tomar un baño de espuma, dar un paseo o escuchar música, no dudes en hacerlas, pues seguramente reducirán tus niveles de estrés.
Ponte objetivos
Fijar metas a corto, medio y largo plazo, contribuye a estructurar y dar sentido a tu vida.
Para mantener una buena salud mental es importante que te plantees objetivos en tu día a día, metas alcanzables y prioridades. De esta manera, te comprometes y adquieres un hábito, y poco a poco añades retos y nuevas metas a tu día a día.
Lo mejor de esto es que con cada pequeña victoria que logres sentirás una gran satisfacción y te estarás preparando para ir por metas más ambiciosas.
Gestiona tus pensamientos
A veces tú mismo eres quien se genera estrés por medio de lo que piensas: te armas escenarios catastróficos de lo que puede pasar y te preocupas demasiado por algo que está fuera de tu control.
Gestionar adecuadamente las preocupaciones excesivas y continuas, así como los pensamientos negativos puede ayudarte a mantener una buena salud mental.
Ser conscientes de este tipo de pensamientos, de qué los activa o qué hay de cierto en ellos son algunas de las pautas a poner en práctica. Si por alguna razón tú no puedes hacer solo esta tarea, acude a un profesional de la salud mental, quien podrá guiarte para llevarlo a cabo.
Haz cosas que te gusten
Dedicarte tiempo a ti mismo y a las cosas que te generan placer, ya sea que las hagas solo o en compañía, te permite mejorar tu estado de ánimo. Realiza actividades que te relajen, diviertan, animen, te ayuden a desconectarte o a ver desde una perspectiva distinta los problemas que enfrentas.
Si estás contento y a gusto contigo mismo, sabrás gestionar mejor tus responsabilidades diarias.
Busca ayuda
A veces cometemos el error de querer enfrentarnos a todo solos, de no agobiar a los otros con nuestros problemas; sin embargo, también es de gran ayuda que nos comuniquemos con los amigos y familiares, que les compartamos qué es lo que nos pasa. En ocasiones, lo único que necesitamos es que alguien nos escuche.
Pero también es necesario que reconozcamos cuando ya no es suficiente esto y busquemos ayuda profesional.
