Aunque se crea que el intestino es sólo un órgano que sirve de tránsito para los alimentos, su relevancia en la buena salud de todo el organismo es mucho mayor.
Y es que, un gran número de las células inmunitarias se encuentra en el intestino, así que este órgano y las bacterias que contiene (microbiota) desempeñan un papel sumamente importante en la defensa contra los agentes que causan enfermedades.
Según la revista de salud PiLeJe, el ecosistema intestinal se compone de 3 elementos que intervienen, en niveles distintos, en el proceso de la defensa inmunitaria. De ahí, la importancia de cuidar la salud intestinal y preservar la integridad de la microbiota.
- Mucosa intestinal. Este elemento funciona como un filtro, ya impide que microorganismo malos penetren en el cuerpo, pero deja pasar los nutrientes.
- Sistema inmunitario intestinal. Asegura la defensa del organismo frente a los agresores y permite una tolerancia a los alimentos: alrededor del 60% de las células inmunitarias se concentran en el intestino.
- Microbiota intestinal. Contribuye a proteger el organismo contra los agentes patógenos por el efecto de barrera: al adherirse a la mucosa intestinal, las bacterias de la flora impiden que los microorganismos que provocan enfermedades colonicen el intestino.
Así pues, cuando hay un desequilibrio en la microbiota, que puede ser causado por estrés, una alimentación desequilibrada o la toma de antibióticos, las defensas inmunitarias del cuerpo se debilitan.
¿Cómo mantener el equilibrio de la microbiota intestinal?
Una forma de mantener equilibrada la flora intestinal es por medio de la ingesta de probióticos y prebióticos. Los primeros son microorganismos vivos que administrados en cantidad adecuada benefician la salud de la persona y los segundos son un tipo de fibra no digerible que tiene efectos beneficiosos sobre la salud al estimular el crecimiento de una clase específica de bacterias del colon.
Algunos alimentos que pueden ayudar a mantener una flora intestinal sana son: alimentos fermentados (queso cottage, yogur griego, levadura, tofu), verduras, almendras, linaza, aceite de pescado, avena, miel, plátano y otras frutas, alcachofas, etc.
Otro alimento que beneficia a la microbiota es el lactoserum suizo Lebasi, pues ayuda a su regeneración, neutraliza la acidez (por su pH neutro) y fomenta un ambiente propicio y adecuado para las bacterias benéficas.
Así que ya lo sabes, cuidar de tu salud intestinal también impacta en la fortaleza de tu sistema inmunológico.
